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Cambio de contexto: ¿Qué diría Louisa M. Alcott de las clases en casa?



Por: Rosa Luisa Guerra.


La magistral conferencia tripartita de Adriana Grimaldo, Pablo Boullosa y Elisa Guerra titulada La escuela entró a la casa me recordó algunos pasajes de varias novelas de Louisa May Alcott por un par razones y me confirma que una relectura desde la Educación Imaginativa aporta temas para la reflexión.


Nunca he ocultado mi fascinación Louisa May Alcott, como en el caso de muchísimas mujeres, sobre todo, las que nos hemos dedicado a la escritura confirmadas por la determinación de Jo. Más allá de la vocación a la escritura, desde mis primeras lecturas me llamaba la atención con cierta envidia algunos de los métodos educativos ahí insinuados, y en algunos casos, explícitos: la importancia de la formación del carácter, el gozo de la naturaleza como parte de la educación, la construcción del conocimiento a través de la experimentación, el papel protagónico de los padres y, sobre todo, de las madres en la educación.


En estos tiempos donde la educación, como casi todo, está viviendo una transformación empujada por la pandemia conviene recuperar algunos aspectos para tomarlos en cuenta en la reflexión. Los cuestionamientos que hoy nos parecen únicos y la sensación de que estamos remontando la montaña más grande del mundo quizá cobre una dimensión más humana si vemos hacia atrás y encontramos que esas preocupaciones han estado ahí durante mucho tiempo.


Es un hecho, como rezaba el título de la charla: “La escuela entró a la casa”, y no ha sido una decisión ni opción. Sin embargo, Louisa aplaudiría encantada viéndola como opción para fortalecer otras áreas.


Antes de avanzar o de tener que correr por las sales para que vuelva en sí alguna mamá que se hubiera desvanecido al leer lo anterior, debemos recuperar la fe en la capacidad de los padres para afrontar la tarea. Seguramente es fácil recordar con este marco anécdota más o menos recordada en Mujercitas cuando Marmie, decide retirar a Amy de la escuela luego de haber sido severamente castigada por su profesor.


Los que nos seguimos con la saga de la familia March nos encontramos que en la tercera parte de la saga, en Hombrecitos, Jo con su esposo, el señor Baher, han fundado una escuela en la propiedad de la tía March. Escuela que conjunta actividades al aire libre, que me parecían absolutamente envidiables, con el amor a la lectura, el aprendizaje de lenguas y, sobre todo, el respeto a la naturaleza de los intereses de cada uno. Se trata de una escuela que es a la vez internado, pero con vida en familia. El objetivo no es sólo la adquisición de conocimiento, sino la formación del carácter, frente a un esquema en el siglo XIX que se basaba primordialmente en la repetición y memorización.


Sin embargo, nos son las únicas novelas que abordan cuestiones de educación claramente en algún pasaje. Es un tema que permea mucho de lo escrito por Alcott porque era una preocupación fundamental del entorno en el que creció. En varias obras se dan pautas para apuntalar la idea de que los padres instruidos eran mejores guías para sus hijos, ¡y para sus hijas!



En Jack y Jill, novela publicada en 1880, trata la historia de la amistad entre dos chicos de 13 años: Jack Minot y Jaeny (Jill) Pecq quienes sufren un accidente en la nieve y los amigos alrededor de ellos. La señora Minot, viuda, cuenta con recursos económicos y se hace cargo de la más larga recuperación de Jill y. A lo largo de la trama, la señora Minot entra en la búsqueda de opciones para lograr una mejor educación de sus propios hijos: Jack y Frank. En especial, está preocupada por Frank quien a los 16 años ha concluido los estudios formales y puede pedir su entrada adelantada al college. El joven, por supuesto, está muy orgulloso de sus logros académicos.


En el verano, antes de que Frank pueda hacer el examen de admisión, y buscando la total recuperación de Jill, viajan a una playa. Ahí la señora Minot entra en contacto con profesores y otras madres de familia: Muchos profesores hablaron de sus experiencias, y todas las madres se mostraban dispuestas a saber cómo criar a sus hijos e hijas para ser sanos, felices, hombres y mujeres de bien.


A partir de ahí delinea lo que será la educación de sus hijos, a la que se unen los amigos, los próximos años:


Por los próximos tres o cuatro años, intento cultivar los cuerpos de mis hijos, y dejar que sus mentes tengan un buen descanso. Hay mucho que aprender fuera de las escuelas, y no quiero encerrarlos justo cuando más necesitan llenarse de aire y de ejercicio. Buena salud, buenos principios, y una buena educación son las tres bendiciones que pido para ustedes y me voy a asegurar de que tengan la primera como base de las otras dos.


Frank reacciona con cierto estoicismo afirmando que su madre se cansará de él pronto y le dejará ir, la señora Minot le responde:


No hay peligro de eso, porqué nunca envié a mis hijos para deshacerme de ellos, y ahora que han crecido lo suficiente para ser buena compañía, nos quiero en más casa más que nunca. Habrá algunas lecciones, pues las mentes deben ser alimentadas, pero no atiborradas, así que, chicos sí estudiarán a ciertas horas algunas lecciones seleccionadas.

La frase “fed, but not crammed” nos da justamente una reflexión importante para vivir la educación en línea: alimentar sin atiborrar.


Y uno de los caminos que la Educación Imaginativa nos puede ofrecer para ese “alimentar sin atiborrar”, lo plantea Kieran Egan como el Aprendizaje a fondo… y por supuesto, Louisa ya lo había delineado.


El aprendizaje a fondo es tener un tema que se estudia con profundidad y que sirve de eje para la integración de los conocimientos de una manera menos sistemática, pero más profunda. Egan lo plantea como una opción paralela a los contenidos escolares, y con un tema que estudie a lo largo de varios grados escolares.


En su novela Ocho primos, Alcott nos cuenta la historia de una chica, Rose, que ha quedado huérfana por la muerte de su padre. Su tutoría recae en manos del tío Alec, un marinero, aventurero y médico que no parece el más adecuado para ser tutor de una niña un tanto mimada. Tiene el apoyo de un entorno familiar amplio, pero está decidido a probar un camino propio.


Lleva a Rose a un almacén de los productos que comercia la familia, la niña pasa un excelente rato entre mercancías y conversaciones sobre China. Poco después, en una reunión, una de las tías se lamenta con Alec de que esté desperdiciando el tiempo de estudio de la niña de esa manera, que no esté aprendiendo nada, “ni una lección”. A lo que lo que Rose responde que tuvo cinco lecciones: navegación, geografía, gramática, aritmética y controlar su temperamento. La tía le pide que se explique y la niña dice:


No puedo contarle todo, tía, pero he recopilado información útil sobre China, que puede que le guste, especialmente, los tés. Los mejores son Lapsing Souchong, Assam Pekoe, Ankoe raro, Flowery Pekoe, Howqua's mixture, Scented Caper, Padral tea, black Congou y green Twankey. Shanghái está en el río Woosung. Hong Kong significa 'Isla de las aguas dulces'. Singapur es la ‘ciudad del león. Chops son los barcos en los que viven; y beben té de pequeños tazones. Las principales producciones son porcelana, té, canela, chales, estaño, tamarindos y opio. Tienen hermosos templos y dioses extraños; y en Cantón está la Morada de los Santos Cerdos, catorce de ellos, muy gordos, y todos ciegos.


En el caso de Jack y Jill, al final, hay también una escena donde Jill y sus amigas que se han integrado a la “escuela” de la señora Minot quien les ha estado leyendo un libro sobre las esposas de Enrique VIII mientras ellas cosen unos vestidos que usarán después. El libro, con algunas imágenes de los lugares históricos, está a su alcance y el tema les ha resultado tan interesante que lo comentan entre ellas cuando la “clase” ha terminado y están hablando de historia y geografía.


Obvio, es apenas la punta de lanza de lo que sería el aprendizaje a fondo, pero sí ofrece una opción a los padres de hoy para dejar de preocuparse si están avanzando o no al ritmo errático de las pantallas. La variedad de vivencias respecto al avance o no de los chicos con los modelos a distancia es todavía más dispar que las vivencias de la “escuela de la normalidad anterior”. Pero tienen en común que sí están pasando frente a los ojos de los padres, no se están quedando en el fondo del aula.


No sé si Louisa lo hubiera visto o descrito así, pero muchos papás y mamás se habían subido en un hermoso barco donde al vaivén de las olas, todo era más o menos felicidad, o por lo menos comodidad. Así de pronto, y de la nada, el barco se topó con la tormenta COVID… Los padres se despertaron en una isla desierta con sus hijos y con dos maletas: formación e instrucción. Algunos sí se acordaban que traían la maleta de la formación (del carácter), pero otros ya no se acordaban de ninguna de las dos.


Sí sé que Louisa les hubiera dicho, aprovechen para recuperar el protagonismo en la educación de sus hijos, no se preocupen si los programas académicos quedan ligeramente rezagados. Busquen interesarlos en temas de Aprendizaje a fondo, es decir, que puedan ser abordados de diferentes perspectivas. Enséñenles a coser (pegar por lo menos un botón), a cocinar (la sopa Maruchan no cuenta), a hacer ejercicio (dos lagartijas no es suficiente), a domar su carácter… o ya de perdida pónganse a leer juntos las muchas novelas de Louisa May Alcott, les aseguro que la disfrutarán descubriendo que detrás de las novelas juveniles hay un fondo del que podemos aprender mucho.



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